Este pequeño cuento resume el porque de la creación de este blog. Con mucho cariños les doy la BIENVENIDA a todo aquel que lo visite y quiera quedarse, que lo disfruten. Graciela

"A las puertas del cielo llegaron un día cinco viajeras
- ¿Quienes son Ustedes? les preguntó el guardián del cielo.
- Somos - Contestó la primera - LA RELIGIÓN
- LA JUVENTUD...- dijo la segunda
- LA COMPRENSIÓN...- dijo la tercera
- LA INTELIGENCIA... - dijo la siguiente
- LA SABIDURÍA - dijo la última
- Identifíquense!! - ordenó el carcerbero
Y entonces...
La religión se arrodilló y oró. La juventud se rió y cantó. La comprensión se sentó y escuchó. La inteligencia analizó y opinó. Y la sabiduría... contó un cuento."


(tomado de una idea de Anthony de Mello, modificada por Jorge Bucay)


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domingo, 10 de enero de 2010

"86.400"


Imagine que existe un Banco, que cada mañana abona en su cuenta la cantidad de $ 86.400.
Ese extraño Banco, al mismo tiempo, no arrastra su saldo de un día para otro: cada noche borra de su cuenta el saldo que no ha gastado.
¿Qué haría? Seguramente piense en retirar todos los días la cantidad que no gastó ¿no?
Pues bien cada uno de nosotros tenemos ese Banco: su nombre es tiempo. Cada mañana, ese banco abona en su cuenta personal 86.400 segundos.
Cada noche, ese banco borra de su cuenta y da como pérdida cualquier cantidad de ese saldo que no haya invertido en algo provechoso. Ese banco no arrastra saldos de un día a otro; no permite sobregiros.
Cada día abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día.
Si no usa su saldo durante el día, Usted es quien pierde. No puede dar marcha atrás. No existen “cargos a cuenta” del ingreso de mañana: debe VIVIR el PRESENTE con el saldo de HOY.
Por eso:
Para entender el valor de un año, pregúntele a algún estudiante, que repitió su curso.
Para entender el valor de un mes, pregúntele a una madre que alumbró a un bebé prematuro.
Para entender el valor de una semana, pregúntele al editor de un semanario.
Para entender el valor de una hora, pregúnteles a los amantes que esperan para encontrarse.
Para entender el valor de un minuto, pregúntele al viajero que perdió el tren.
Para entender el valor de un segundo, pregúntele a una persona que estuvo a punto de tener un accidente.
Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntele al deportista que ganó una medalla de plata en las olimpíadas.
Por tanto, invierta su tiempo de modo que le permita cada día disfrutar de más salud, felicidad y éxito. Porque, aunque el reloj siga su marcha, la calidad del tiempo vivido sólo depende de Usted.

Reflexión extraída de Vivir Mejor Nº68

1 comentario:

  1. Graciela muy bonitas palabras y muy ciertas, un blog muy interesante y las reflexiones me encantan, no sólo hay que leer recetas, sino de todo un poco y los cuentos me encantan.
    Besos guapaa

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Gracias por dejarme unas palabras, disfruto mucho encontrarlas, recuerden que pueden comentar como anónimo si no tienen cuenta encontrarán la opción dentro del cuadro de "comentar como"