Este pequeño cuento resume el porque de la creación de este blog. Con mucho cariños les doy la BIENVENIDA a todo aquel que lo visite y quiera quedarse, que lo disfruten. Graciela

"A las puertas del cielo llegaron un día cinco viajeras
- ¿Quienes son Ustedes? les preguntó el guardián del cielo.
- Somos - Contestó la primera - LA RELIGIÓN
- LA JUVENTUD...- dijo la segunda
- LA COMPRENSIÓN...- dijo la tercera
- LA INTELIGENCIA... - dijo la siguiente
- LA SABIDURÍA - dijo la última
- Identifíquense!! - ordenó el carcerbero
Y entonces...
La religión se arrodilló y oró. La juventud se rió y cantó. La comprensión se sentó y escuchó. La inteligencia analizó y opinó. Y la sabiduría... contó un cuento."


(tomado de una idea de Anthony de Mello, modificada por Jorge Bucay)


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miércoles, 12 de octubre de 2011

PAPAS EN LA MOCHILA

Un día el maestro nos pidió de tarea que lleváramos papas crudas y una bolsa de plástico.
Nos dijo que pusiéramos en la bolsa plástica una papa por cada persona a la que guardáramos resentimiento y escribiéramos su nombre en ella.
Nos pidió que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas en la mochila.
¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!
Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo.
El fastidio de acarrear esa bolsa a todo momento me demostró claramente el peso que cargaba a diario en mi corazón y en mi vida debido al resentimiento.
También aprendí como, mientras ponía atención en ella para no olvidarla desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagaba por no perdonar algo que ya había pasado y no podía cambiarse.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin damos cuenta que los primeros beneficiados somos nosotros mismos.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.
La falta de perdón es como un veneno que tomamos diariamente a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces al primero que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron como hubieras querido que fuesen.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa de dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó.
Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
El perdón rompe las cadenas y te hace verdaderamente libre.
¡Decídete hoy mismo a perdonar!
"Perdonar es le valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar".
Gandhi

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