Este pequeño cuento resume el porque de la creación de este blog. Con mucho cariños les doy la BIENVENIDA a todo aquel que lo visite y quiera quedarse, que lo disfruten. Graciela

"A las puertas del cielo llegaron un día cinco viajeras
- ¿Quienes son Ustedes? les preguntó el guardián del cielo.
- Somos - Contestó la primera - LA RELIGIÓN
- LA JUVENTUD...- dijo la segunda
- LA COMPRENSIÓN...- dijo la tercera
- LA INTELIGENCIA... - dijo la siguiente
- LA SABIDURÍA - dijo la última
- Identifíquense!! - ordenó el carcerbero
Y entonces...
La religión se arrodilló y oró. La juventud se rió y cantó. La comprensión se sentó y escuchó. La inteligencia analizó y opinó. Y la sabiduría... contó un cuento."


(tomado de una idea de Anthony de Mello, modificada por Jorge Bucay)


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viernes, 20 de enero de 2012

EL COLLAR DE TURQUESAS



Detrás del mostrador el hombre miraba distraídamente hacia la calle mientras una chiquilla se aproximaba al local.
Ella aplastó su naricita contra el vidrio de la vidriera, y sus ojos color de cielo brillaron cuando vio determinado objeto.

Entró en el local y pidió ver el collar de turquesas azules y le dijo al vendedor:
_Es para mi hermana. ¿Podría hacerme un lindo paquete?

El dueño del local miró a la chica con desconfianza y le preguntó:
_ ¿Cuánto dinero tienes?
Sin alterarse ella sacó de su bolsillo un atadito y fue deshaciendo los nudos. Colocó un sobre el mostrador y dijo:
_ ¿Esto alcanza o no?

Ella mostraba orgullosa algunas monedas.
_Sabe -continuó- quiero regalarle esto a mi hermana mayor. Desde que nuestra madre murió ella me cuida y no tiene tiempo para ella .Hoy es su cumpleaños y estoy segura que estará feliz con el collar, que es del color de sus ojos.

El hombre se fue para adentro, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con un papel rojo e hizo un hermoso moño con una cinta azul.

_Toma -le dijo a la chiquita- Llévalo con cuidado.
Ella se fue feliz saltando calle abajo. Todavía no había terminado el día cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.
Colocó sobre el mostrador el paquete desenvuelto y preguntó:

_ ¿Este collar fue comprado aquí?
_Sí señora- respondió el dueño del local.

_ ¿Cuánto costó?
_Ah! -dijo el dueño- el precio de cualquier objeto en mi negocio es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.

_Pero mi hermana sólo tenía algunas monedas. Este collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría el dinero para pagarlo.
El hombre tomó el estuche, re hizo el envoltorio y con mucho cariño colocó la cinta diciendo:
_Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. Ella dio todo lo que tenía.

El silencio llenó el pequeño local y lágrimas cayeron por el rostro de la joven, mientras sus manos tomaban el paquete.

“La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones”.

Desconozco su autor

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