Este pequeño cuento resume el porque de la creación de este blog. Con mucho cariños les doy la BIENVENIDA a todo aquel que lo visite y quiera quedarse, que lo disfruten. Graciela

"A las puertas del cielo llegaron un día cinco viajeras
- ¿Quienes son Ustedes? les preguntó el guardián del cielo.
- Somos - Contestó la primera - LA RELIGIÓN
- LA JUVENTUD...- dijo la segunda
- LA COMPRENSIÓN...- dijo la tercera
- LA INTELIGENCIA... - dijo la siguiente
- LA SABIDURÍA - dijo la última
- Identifíquense!! - ordenó el carcerbero
Y entonces...
La religión se arrodilló y oró. La juventud se rió y cantó. La comprensión se sentó y escuchó. La inteligencia analizó y opinó. Y la sabiduría... contó un cuento."


(tomado de una idea de Anthony de Mello, modificada por Jorge Bucay)


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viernes, 3 de junio de 2011

TODOS TENEMOS GRIETAS

Un transportador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo para poder cargarlas sobre sus hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras la otra era perfecta y conservaba toda el agua en su interior. Por lo tanto, cada día que el hombre recorría el camino hacia la casa de su patrón, una vasija llegaba llena, y la otra, con la mitad del agua.
Durante dos años completos esto ocurrió así, todos los días.
Ciertamente que la vasija estaba muy orgullosa de sus logros, se sabía perfecta para los fines para los que había sido creada. En cambio, la pobre vasija agrietada se sentía muy avergonzada por su propia imperfección y se sentía miserable porque solamente podía hacer la mitad de lo que se suponía era su tarea.

Un día, la tinaja quebrada le habló así al aguatero:
– Estoy avergonzada y quiero disculparme contigo, ya que debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de lo que sería mi carga y por lo tanto, solo obtienes la mitad del dinero que deberías percibir.
El aguatero le dijo compasivamente:
– Cuando regresemos a la casa, quiero que notes les bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Y así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas; pero de todas maneras se sentía apenada. Entonces el aguatero dijo:
–¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en una acera del camino? Es en la acera por la que circulas tú, sobre mis hombros. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde pasamos y todos los días tú las has regado... y por dos años, yo he podido recoger estas flores para decorar mi casa, la de mí madre y regalar en un hospital. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar cada grieta para obtener un agradable resultado.
Cuentos de la India

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