Había una vez un hombre muy pero muy pobre que paseaba por
la calle con un pedacito de pan en la mano. Era lo único que tenía, además del
hambre.
Al pasar por un restaurante vio unas deliciosas albóndigas friéndose
en una sartén.
_ Mmhh _ suspiró ¡Qué
delicia! ¡Si tan sólo pudiera comerme un bocado!
Y como no tenía una sola moneda en ninguno de sus
harapientos bolsillos, siguió mirando sin dejar de suspirar.
Con la esperanza de capturar aunque más no fuera un poco de
ese delicioso aroma, el hombre sostuvo un pedacito de pan por encima de la
sartén durante algunos segundos y después se lo comió como si se tratara de un
manjar.
Le pareció que el aroma de la fritura había mejorado tanto
el sabor de su pan que pudo disfrutarlo como si hubiese como un plato de guiso.
El dueño del restaurante, que era un hombre grandote,
grasiento y avaro, vio al campesino cuando intentaba atrapar con su pancito el
aroma de su comida. Entonces salió del local, agarró al pobre por el cuello y
lo llevó ante el juez, que era una persona justa. Exigía que el campesino le
pagara por las albóndigas.
El juez escuchó atentamente al hombre avaro, después extrajo
unas monedas de su bolsillo y le dijo:
_Párese junto a mí por un minuto.
El dueño del restaurante obedeció y el juez sacudió su puño,
haciendo sonar las monedas en el oído del demandante:
_¿Para qué hace esto? _ le preguntó el dueño avaro
El Juez respondió:
_Acabo de pagar por sus albóndigas. Con seguridad el sonido
de mi dinero es un justo pago por el aroma de su comida
Cuento popular
Que buen cuento nos enseña a compartir y no ser avaros. Felicidades al escritor.
ResponderEliminarMuy buena leccion para los egoistas..
ResponderEliminarLa verdad q me gusto todo , mas la el cuento del hombre pobre y pensar q hay personas asi como el dueño del restaurante q son pobres de alma ;muchas gracias por compartirlo, saludos q tengan un buen año!!
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminar;) k lindo
ResponderEliminarHermoso muchas felicidades!!
ResponderEliminarMuy hermoso cuento, felicidades
ResponderEliminarhola,me gusto la enseñanza del cuento,gracias
ResponderEliminarNo hay peor pobreza, que la pobreza del alma.
ResponderEliminarCuanta razón en pocas palabras. ♥
EliminarExelente reflexiòn...
ResponderEliminarHay gente tan pobre, pero tan pobre que lo único que tienen....es dinero...gracias por este espacio
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